Biodiversidad para asegurar nuestra soberanía alimentaria

mariela nunez avila

Dra. Mariela Núñez Ávila, Directora Estación Biológica Senda Darwin, Investigadora Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

Cuando hablamos de biodiversidad y soberanía alimentaria, quizás es más fácil explicarlo recordándoles a los más antiguos chilotes y chilotas que salían a buscar en esta época las murtas (Ugni molinae) al monte con las cuales podrían realizar diversas comidas y licores. También a los más antiguos pescadores y recolectores, recordarles aquellos tiempos en donde el mar nos entregaba una gran diversidad de peces y mariscos. En esos tiempos no se necesitaba de supermercados ni de dinero, la alimentación estaba asegurada. En esos tiempos no se dependía de los flujos del mercado, de los valores de la bolsa de comercio en Santiago ni en Londres, ni del costo del petróleo a nivel mundial, se podría decir que pasara lo que pasara fuera de las Islas tendríamos asegurada nuestra alimentación. Hoy ya no es así, hoy dependemos del jurel en lata, de si abren o no abren el supermercado, de si funciona o no el transbordador para abastecernos de alimentos importados de otros países, es decir, nos volvimos dependientes y perdimos autonomía.

La biodiversidad son las diversas formas de vida que se desarrollan en un determinado lugar. En nuestro caso las plantas de murta, avellanos, cauchaos desde donde obtenemos los frutos comestibles y medicinas, son especies que estaban antes de que existiésemos los humanos en este territorio. Nuestros bosques nativos nos proveen de leña para calefacción, para la construcción de nuestras casas, para hacer muebles, junto con almacenar el agua en los suelos para luego en verano asegurar el agua para nuestro consumo, para la agricultura local y la ganadería. Nuestra tremenda riqueza marina de peces y mariscos, también son especies que han evolucionado en estos mares. Los primeros habitantes de las islas se adaptaron a este tipo de alimentos y por muchos años basaron su alimentación en esta rica biodiversidad. Hoy vemos como cada día perdemos nuestra biodiversidad a tasas alarmantes, nos homogeneizamos culturalmente, dependemos cada vez más de otros países y nos vamos quedando en una pobreza multidimensional.

Cuando hablamos de soberanía alimentaria, nos referimos a promover y construir en conjunto las políticas públicas que aseguren la producción agrícola local para alimentar a los habitantes locales, a los que vivimos aquí en las islas de Chiloé. El acceso a la tierra para cultivar, el acceso al agua de calidad como un bien público y al libre acceso a las semillas que provienen de nuestra tierra, con eso aseguraremos nuestra autonomía. Pero la soberanía alimentaria se logra en primer lugar protegiendo la biodiversidad que es el sustento para tener agua, fertilidad y alimentos locales.

Si bien Chiloé fue reconocido internacionalmente por la FAO como un Sitio Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial, hoy nos falta que los propios habitantes locales valoremos nuestra biodiversidad y la cuidemos, ya que nuestro buenvivir y nuestra libertad depende de su buen funcionamiento. Eso se logra planificando nuestro territorio en conjunto y realizando un manejo ecosistémico para asegurar que todos los beneficios de la biodiversidad se mantengan en el tiempo. Estas herramientas existen, uniendo el conocimiento científico con los saberes locales, podemos revertir las tasas de degradación y pérdida de la biodiversidad, avanzando hacia una real alternativa de desarrollo sustentable desde y para los habitantes del Archipiélago de Chiloé.

Publicado el 22 de mayo de 2021 en el diario La Estrella de Chiloé.