No es fácil publicar estas líneas para recordar a nuestra amiga, compañera, y colega Carolina Tapia, quién la semana pasada, el 2 de junio, partió luego de sufrir un accidente en las australes carreteras de Punta Arenas, donde trabajaba, continuando con los temas de su tesis de agronomía iniciada en Chiloé, para entender y mejorar el uso de las turberas magallánicas. No es fácil porque es triste despedir a una compañera, a una mujer que parte de esta vida muy joven, y con quien muchos que trabajamos en Fundación Senda Darwin, compartimos sueños, ideales y tareas.
Todos estos relacionados con hacer de este un planeta más respetuoso entre las personas y de las personas con la biodiversidad. Carolina nos acompañó con su energía, con sus conocimientos, con su sonrisa, con su fe en que se pueden generar cambios a través de la investigación y la educación ecológica, del trabajo en red, del constante aprender y compartir, de la presencia en terreno, del estar ahí, del siempre estar ahí.
Carolina siempre recordaremos tu aporte a la conservación del bosque nativo, y especialmente del pompón y la turba. Será siempre parte de nuestra manera de relacionarnos con sensibilidad y respeto con nuestro entorno.
En el verde corazón del bosque chilote, y en el nuestro, Carolina Tapia estará por siempre.
