Plantemos árboles, plantemos vida

dia del arbol

Dra. Mariela Núñez Ávila, científica del Instituto de Ecología y Biodiversidad, directora Estación Biológica Senda Darwin, Ancud, Chiloé.

Los bosques nativos son ecosistemas donde predominan los árboles, los que se caracterizan por tener un fuste, o tronco leñoso y en su estado adulto pueden alcanzar al menos 5 metros de altura, llegando algunos incluso a 50 metros de altura, tal como los milenarios Alerces o el Ciprés de las Guaitecas que  pueden llegar a vivir 3.500 años. ¿Para qué plantar árboles y recuperar estos importantes ecosistemas de Chiloé y el mundo?

Los bosques nativos habitan en el Archipiélago de Chiloé desde hace miles de años atrás, incluso antes de que existan los primeros registros humanos en este territorio. Los bosques templados del sur de Sudamérica presentan una escasa superficie a nivel mundial y cerca de un tercio de bosques templados del tipo siempreverde se encuentra en nuestro territorio y la región limítrofe con Argentina. Entre sus características notables destacan su alto nivel de endemismo (especies que sólo se encuentran aquí y en ningún otro lugar del mundo), la gran cantidad de enredaderas y epífitas, el hecho de que más de la mitad de las plantas del bosque templado tienen flores que son visitadas por insectos y/o aves que las polinizan y que son necesarias para la formación de las semillas, y también que más de la mitad de los árboles y arbustos presenta frutos carnosos, diseminados por aves y otros vertebrados frugívoros. Estos atributos permiten que sirvan de habitat para una importante diversidad de especies de flora y fauna nativa, como el monito del monte, el zorro chilote y el pudú, entre otros.

El bosque es un ecosistema (sistema ecológico definido por las relaciones entre los organismos vivos y de éstos con su entorno físico, suelos, aire y agua) que provee de beneficios a los habitantes locales: regulación de los flujos de agua en las cuencas, regulación del clima local y global, los ciclos de nutrientes y la mantención de la fertilidad de los suelos, además de entregar a las comunidades locales alimento, medicina, belleza escénica, oportunidades de recreación y educación al aire libre, entre otros.

En los bosques se forman colchones de musgos y junto al suelo que presenta una gran cantidad de materia orgánica, se almacena agua y carbono. El agua almacenada se entrega lentamente a los esteros, permitiendo en verano un flujo de agua constante, que según estudios químicos son mucho más puras que la de los bosques templados del hemisferio norte. Por su parte, los árboles realizan el proceso de fotosíntesis, esto es capturan el carbono gaseoso (de efecto invernadero que aumenta el calentamiento global) desde la atmósfera y gracias a la energía del sol, se transforma en una molécula de glucosa, que es el inicio para la formación de la biomasa de troncos y hojas. Cuando las hojas y troncos muertos caen al suelo, esta materia orgánica se descompone lentamente y se va almacenando en el suelo mejorando su capacidad de almacenar el agua. Como producto de la fotosíntesis se produce oxígeno, que es la molécula esencial que requieren todos los seres vivos para poder respirar y vivir en el planeta. No existe alguna máquina inventada que haga esta tarea tan eficientemente como lo realizan los árboles. Por eso la necesidad de plantar árboles, para que al crecer estos vayan capturando el dióxido de carbono de la atmósfera, evitando que la atmósfera se siga calentando y a su vez, entregándonos el  oxígeno que necesitamos para vivir. Junto con ello, lentamente podremos recuperar el habitat de diversas especies de fauna nativa y los beneficios que proveen estos ecosistemas. Está en nuestras manos ayudar a su restauración y con ello asegurar la vida en el planeta. ¡Únete a nosotros a plantar árboles!