Una historia de avecillas del bosque y flores

pica flor chico

(por Rocío Jaña, desde Christchurch, Nueva Zelanda. Nuestra fuerza para el país amigo, recién azotado por un terremoto).

Todos hemos escuchado alguna vez la palabra polinización.

Probablemente fue en la escuela, cuando nos enseñaban la reproducción de las plantas “superiores”, o quizás la recordamos cuando ocurrió la crisis de las abejas y ¡subió el precio de la miel!, o tal vez nunca más supimos de ella… Bueno, aunque no la recordemos, la polinización está ocurriendo constantemente, frente o lejos de nuestros ojos, mientras haya flores. Pero, ¿Qué es la polinización? Es el proceso a través del cual la parte femenina de la flor recibe el polen (de ahí el nombre, polinización) de la parte masculina de la flor (de la misma u otra planta, dependiendo de varias cosas). A través de la polinización se forman las semillas, que dan origen a una nueva planta. ¿Y cómo llega el polen a esta parte femenina? puede ser de varias formas, aunque las más comunes son simplemente por el aire o a través de animales que lo mueven. ¿Animales llevan el polen a las partes femeninas de las flores? ¡Así es!

Hoy me enfocaré en las aves que actúan como polinizadoras. En Chile hay dos especies que por su importancia en Chiloé debo nombrar: el picaflor chico y el fio-fio. Ellos juntos “polinizan” el ciruelillo o notro, y el picaflor también lleva el polen desde una flor a otra entre las botellitas del bosque, los coicopihues, siendo la principal ave polinizadora de los bosques templados del sur de Chile y Argentina (1). En Nueva Zelandia, las aves son también importantes polinizadores, y algunas plantas si no son visitadas por aves específicas simplemente no pueden producir semillas, y van desapareciendo gradualmente. Este tema es abordado en un artículo que saldrá pronto en la revista Science, y del cual les quiero contar (2). Esta investigación fue liderada por la investigadora Sandra Anderson de la Universidad de Auckland, y colaboradores(a) de la Universidad de Canterbury.

Pajarito campana de Nueva Zelanda
Pajarito campana de Nueva Zelanda. Fotografia Bellbird de Russel Hansen.

Nueva Zelandia posee dos islas principales, que forman la “mainland” (tierra firme, en este estudio isla Norte) y cientos de islas pequeñas a su alrededor, que son llamadas simplemente “islas”. Esta investigación estudió los efectos de la desaparición o reducción de las poblaciones de tres especies de aves nativas que se alimentan de néctar y polinizan las flores del “taurepo” (nombre científico: Rhabdothamnus solandri) en la producción de frutos y semillas de esta especie. Estas aves son bellbird o korimako (pájaro campana, por su armonioso canto ,Anthornis melanura, en la foto), tui (Prosthemadera novaeseelandiae) y hihi (Notiomystis cincta). Estas 3 aves se encuentran sólo en Nueva Zelandia, es decir, son endémicas de NZ. En su estudio, los investigadores encontraron que en tierra firme se produce solo un poco más que la mitad de frutos que se producen en las islas, donde las poblaciones de estas 3 especies de aves son altas, y polinizan de forma adecuada las plantas. Además, encontraron que los frutos que se producen en tierra firme tienen muchísimas menos semillas por fruto que en las islas (sólo un 84%). Por ejemplo, si en las islas se producen 100 frutos con 200 semillas cada uno, a partir de 100 flores, en tierra firme solo se formarán 55 de las mismas 100 flores. Y cada uno de estos 55 frutos tendra sólo 32 semillas, poquísimos comparados con los de las islas que tendrían 200. Los investigadores estudiaron también cómo esto se corrobora con el número de plantas pequeñas y juveniles de taurepo. Ellos encontraron que hay muchas menos plantas juveniles en tierra firme, y que si ponen semillas en el suelo la cantidad de nuevas plantas es altísima, lo que no ocurre con otras plantas sembradas en su experimento, y que indica que no hay plantas porque no hay semillas.

Una importante reflexión que presenta el artículo es el efecto que tiene la disminución en el número de aves de estas especies, las que no están extintas completamente, sino que sus poblaciones en tierra firme están muy reducidas. No es necesario que desaparezcan para que la función que cumplen en el “ecosistema” desaparezca, sino que basta con que ya no sean suficientes.

Es interesante también la historia de cómo estas aves propias de Nueva Zelandia ya se encuentran recluidas a islas separadas de las islas principales, o quedan muy pocas; sin embargo, guardaré la historia para otra ocasión.

(1) Aizen, M. A., D. P. Vazquez & C. Smith-Ramírez (2002). “Natural history and conservation of plant-animal mutualisms in the temperate forest of southern South America.” Revista Chilena De Historia Natural 75(1): 79-97.

(2)Anderson, SH, D. Kelly, J.J. Ladley, S. Molloy & J Terry (in press) Cascading effects of bird functional extintion reduce pollination and plant density . Science. http://www.sciencemag.org/content/early/2011/02/02/science.1199092

Puedes comentar y escribir sobre este artículo en el blog de Senda Darwin

sendadarwin.wordpress.com